• La revista internacional Subtel Forum Magazine, especializada en cables submarinos, publicó recientemente un completo panorama de las redes de fibra óptica existentes en Chile. 
• La conexión fundamental al contenido que está en línea se realiza a través de cable de fibra óptica submarinos. 

MUCHA GENTE da por sentado que las películas de Netflix se ven fluidamente con Wi-Fi, que las videoconferencias por Zoom deben ser nítidas, fluidas y en alta definición. 

Pero eso no es así: gran parte de las conexiones a los servidores fundamentales de la Internet se realiza por cables submarinos. Si el lector está viendo esta página desde Francia, por ejemplo, lo más probable es que se utilizó un cable submarino para llegar al servidor en que ella está alojada. 

“Gran parte del contenido que usamos a diario está fuera de Chile y, para ello, usamos principalmente los cables de fibra de óptica submarinos que nos comunican con el resto del mundo”, nos explica Patricio Boric, director de Zagreb Consultores. “Se usa para la Internet, para enviar o recibir mails, Twitter, WhatsApp  Netflix… También para las llamadas telefónicas internacionales; solo una proporción menor usa comunicaciones satelitales”. 

La publicación estadounidense Subtel Forum Magazine, especializada en cables submarinos, publicó en su edición de mayo de 2021 un artículo escrito en conjunto por Patricio Boric, de Zagreb Consultores, y el ingeniero consultor Ítalo Godoy, de Submarnet, sobre las redes de fibra óptica en Chile. 

El informe “Optical Networks in Chile” (“Redes ópticas en Chile”) describe las redes de fibra óptica existentes y los nuevos proyectos, señaló Patricio Boric en LinkedIn el lunes 17 de mayo. 

“Como lectores de Subtel Forum Magazine, recibimos una invitación para realizar un artículo sobre infraestructura de telecomunicaciones”, nos comentó Boric. “Fue una buena oportunidad de dar a conocer la realidad del país y los avances en nuevos proyectos y desarrollos. Postulamos y nos aceptaron”. 

CHILE CONECTADO 

Cuatro cables interconectan Chile con el resto del mundo (uno de ellos es para uso privado de Google, su dueño). 

• El más antiguo es el Cable Panamericano (PAN-AM), que comienza en las Islas Vírgenes estadounidenses, pasa por Aruba y Barranquilla, y luego cruza por Panamá, enhebrando Ecuador, Perú y terminando en Arica. Entró en operación en 1999 y su fecha de término de servicio es 2024. 
• El segundo, SAC, une por el océano Pacífico a Valparaíso con Perú, Colombia, Panamá, sigue con un anillo por el Caribe y continúa por el Atlántico hasta Brasil y Argentina. Este cable es de Lumen (antes, CenturyLink) y Telecom Italia Sparkle. Entró en operación en 2001 y terminará su servicio en 2026. Lumen lo complementa con cables terrestres Valparaíso–Santiago y Santiago–Mendoza. 
• El tercero, SAm-1, es un anillo que une por el Pacífico a Valparaíso y Arica con puertos de Perú y Guatemala, recorre el Caribe y Brasil y termina en Las Toninas, una playa de la Provincia de Buenos Aires de donde parten cinco cables submarinos. Este cable es de Telefónica, a través de su filial Telxius. Entró en operación en 2001 y terminaría su servicio en 2026. Telxius tiene un cable adicional —terrestre— de Valparaíso a Buenos Aires. 
• Dentro de los proyectos más recientes se encuentra Curie, el cable de Google, que unirá Los Angeles con Valparaíso. Su instalación finalizó en 2019, convirtiéndose en el único cable submarino que ha conectado a Chile en los últimos 19 años. 

Además, GTD opera el cable submarino Prat, que hilvana doce puertos entre Arica y Puerto Montt. 

América Móvil (que acá en Chile es Claro) y Telxius anunciaron en 2019 un consorcio para construir el SPSC Mistral (South Pacific Submarine Cable). Conectará Valparaíso y Arica en Chile con Perú, Ecuador y Guatemala. Hace muy poco se terminó de tender este cable. 

Finalmente, está el proyecto del cable transoceánico Humboldt, que conectará Valparaíso con Auckland (Nueva Zelandia) y Sydney (Australia). Brasil y Argentina se han sumado a esta iniciativa. La construcción debería comenzar a fines de 2022. 

EL PROBLEMA DE LA ÚLTIMA MILLA 

En los últimos años, aunque los servicios móviles alcanzaron alta cobertura, los Gobiernos comprendieron la importancia de tener un país que, además, estuviera conectado por fibra óptica en todas las zonas (urbanas y rurales). De este modo, se han iniciado subsidios estatales para conectar las áreas rurales a través de la Fibra Óptica Austral (FOA, que proporcionará conectividad en las tres regiones más australes del país) y de la Fibra Óptica Nacional (FON). 

“Técnicamente hablando, y considerando la infraestructura nacional e internacional de cables troncales de fibra óptica antes descrita, se puede asegurar que el país se encuentra perfectamente preparado para suministrar los servicios digitales de próxima generación en cualquier lugar habitado del país”, señala el informe. 

Si esto es así, ¿por qué hay tanto problema con la brecha digital en Chile? 

“Las autoridades han anunciado la intención de que todas las comunas de Chile cuenten al menos con una red de fibra óptica que pase por los centros poblados de la comuna”, responde Boric. “La brecha digital no se elimina solamente con esta medida. Influye mucho la distribución de última milla. Lo ideal es que a ese nivel haya múltiples ofertas que permitan elegir la más conveniente”. 

En este sentido, el martes 18 de mayo, el Gobierno y la industria de las telecomunicaciones (Claro, Entel, GTD, Movistar, Mundo, VTR y WOM) anunciaron el “Acuerdo Nacional por la conectividad para reducir la brecha digital”. El compromiso contempla una inversión pública y privada cercana a los 2.000 millones de dólares.