• Le instalaron un dispositivo que proporciona una conexión entre el cerebro y la médula espinal. De esta manera, permite que el pensamiento controle el movimiento.
• El sorprendente avance fue realizado en Lausana (Suiza).

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(Créditos foto: CHUV/Gilles Weber)

HACE DOCE AÑOS, un accidente de ciclismo dejó al neerlandés Gert-Jan Oskam, de 40 años, con las piernas y los brazos parcialmente paralizados, tras dañarse la médula espinal en el cuello.

Hoy, Oskam vuelve a estar en pie y camina gracias a un dispositivo que crea un “puente digital” entre su cerebro y los nervios situados por debajo de la lesión.

La investigación (“Una interfaz entre el cerebro y la médula espinal permite a un paralítico caminar con el pensamiento”) fue publicada el miércoles 24 de mayo en la revista “Nature”.

“Hace unos meses pude por primera vez en diez años ponerme de pie y tomar una cerveza con mis amigos; ¡eso fue muy bueno!”, dijo Oskam. “Quiero usarlo en mi vida diaria y estoy muy feliz de poder compartir mi historia”.

Los responsables son el neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del Hospital de la Universidad de Lausana. Ellos llevan muchos años investigando formas para que las personas con daños en la médula espinal puedan recuperar la capacidad de caminar.

“Hemos capturado los pensamientos de Gert-Jan y los hemos traducido en una estimulación de la médula espinal para restablecer el movimiento voluntario”, declaró Grégoire Courtine, quien colaboró en la dirección de la investigación.

Jocelyne Bloch, la neurocirujana que colocó el implante a Oskam en el Hospital de la Universidad de Lausana, añadió: “Para mí era bastante ciencia-ficción al principio, pero hoy se ha hecho realidad”.

“Antes la estimulación me controlaba a mí y ahora yo controlo la estimulación con mi pensamiento”, señaló Gert-Jan Oskam, quien quedó paralítico en 2011. “Cuando decido dar un paso, la estimulación se activará tan pronto como yo lo piense”.

El implante le ha cambiado la vida, dice Oskam. “La semana pasada era necesario pintar algo y no había nadie que me ayudara. Así que cogí el andador y la pintura, y lo hice yo mismo mientras estaba de pie”.

Cosas sencillas (que la gente no valora).

LO QUE PUEDE EL PENSAMIENTO

El dispositivo se denomina interfaz cerebro-médula espinal (BSI). Cuando Oskam piensa en caminar, dos implantes en forma de disco insertados en el cráneo detectan actividad eléctrica en la corteza, la capa externa del cerebro. Esta señal se transmite de manera inalámbrica y es decodificada por un pequeño computador que Oskam lleva en una mochila. Éste, luego, transmite la información a un generador en la médula espinal.

Este logro sorprendente no se debe a la casualidad ni a la Inteligencia Artificial (IA), sino que a un trabajo arduo, de muchos años, de un par de científicos suizos brillantes: Jocelyn Bloch y Grégoire Courtine.

No es magia; no es un milagro: es un trabajo arduo de muchos años.