02/11/2022
LAS PERSPECTIVAS SON SOMBRÍAS. La falta de avances para reducir la emisión de gases de efecto invernadero puede causar un aumento en la temperatura de la Tierra de 2,8 grados Celsius de aquí al final del siglo respecto a la era preindustrial.
Estamos demasiado lejos de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París (2015), que busca limitar la subida de la temperatura mundial a menos de 2° C (lo ideal era a menos de 1,5° C).
La verdad es que en este momento no se tiene un “camino creíble” para llegar a la meta.
La voz de alerta la entregó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) el jueves pasado cuando dio a conocer su “Informe sobre la Brecha de Emisiones” 2022.
“Este informe nos dice en fríos términos científicos lo que la naturaleza nos ha estado diciendo todo el año a través de inundaciones, tormentas e incendios: tenemos que dejar de llenar nuestra atmósfera con gases de efecto invernadero”, señaló Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, comentó: “Como deja en claro el último informe del PNUMA, nos dirigimos a niveles de calentamiento global que destruyen la economía. Necesitamos una acción en relación con el clima en todos los frentes, y la necesitamos ahora. Debemos cerrar la brecha de emisiones antes de que la catástrofe se cierna sobre todos nosotros”.
Guterres insistió en que los objetivos de neutralidad de carbono son inútiles si no están respaldados por la acción. “Los compromisos con cero emisiones valen cero sin planes, políticas y acciones que los respalden. Los compromisos climáticos globales y nacionales se están quedando muy cortos. En otras palabras, nos dirigimos a una catástrofe mundial”.
Fue una lluvia de malas noticias cuando estamos a días del inicio en Egipto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27). El miércoles 26 de octubre, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que “los niveles atmosféricos de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron nuevos máximos históricos en 2021”.
El profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, declaró que ha quedado de manifiesto, una vez más, “el enorme reto de adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar que la temperatura mundial aumente aún más”. Advirtió que “el continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y la aceleración sin precedentes de la acumulación de metano en la atmósfera muestran que vamos en la dirección equivocada”.
António Guterres concluyó: “Si no somos capaces de invertir las tendencias climáticas actuales, estamos condenados a la perdición. Insto a todos los líderes a que vuelvan a situar el cambio climático en el centro del debate internacional”.
Como si lo hubiera escuchado mal, acto seguido el recién asumido primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, anunció que no asistirá a la reunión del COP27 que se realizará en Egipto a partir del 6 de noviembre pues tiene problemas internos más importantes que atender.
(Al parecer, Rishi Sunak recibió tantas críticas por esta impopular decisión, que, a minutos de publicar esta nota, admitió que sí asistiría a la COP27.)
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