23/09/2020
Un equipo de astrónomos anunció el lunes 14 de septiembre el descubrimiento de una molécula poco común, la fosfina, en las nubes de Venus. En la Tierra, este gas —que huele a pescado descompuesto— solo se fabrica de forma industrial o por microbios que prosperan en ambientes sin oxígeno (como en los pantanos).
Los astrónomos han especulado durante décadas sobre la posible existencia de microbios en las nubes altas de Venus; serían microbios que flotarían libres de la superficie abrasadora, pero que necesitarían de una alta tolerancia a la acidez.
El descubrimiento fue publicado en Nature Astronomy.
“Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, ¡fue un shock!”, dijo la líder del equipo, Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), citada en un comunicado.
El estudio identificó por primera vez la fosfina en Venus con ayuda del telescopio James Clerk Maxwell en Hawái. Pero para confirmar el descubrimiento necesitaron utilizar 45 de las antenas del conjunto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en Chile, que es un telescopio más sensible. Ambas instalaciones observaron Venus a una longitud de onda de aproximadamente 1 milímetro.
La investigación —que incluye a investigadores del Reino Unido, Estados Unidos y Japón— estima que la fosfina existe en las nubes de Venus en una concentración muy pequeña, solo una veintena de moléculas por cada mil millones. Tras sus observaciones, realizaron cálculos para ver si estas cantidades podían provenir de procesos naturales no biológicos en el planeta. Podría ser luz solar, minerales lanzados hacia arriba, volcanes o relámpagos, pero ninguno de estos podría generar la cantidad suficiente.
Es por esto que vale la pena considerar que exista una fuente de vida en el planeta amoroso.
“A lo largo de toda mi carrera me he interesado en buscar vida en otras partes del universo, por eso me impresiona que esto sea posible”, señaló la profesora Greaves.
El doctor Lewis Dartnell, de la Universidad de Westminster (citado por la BBC), estudia las posibilidades de vida más allá de la Tierra y considera que Marte o las lunas de Júpiter y Saturno son una mejor apuesta para encontrar vida. “Que la vida pueda sobrevivir en las plataformas superiores de las nubes de Venus es muy revelador, porque significaría que tal vez la vida es muy común en nuestra galaxia en su conjunto. Tal vez la vida no necesita planetas muy parecidos a la Tierra y podría sobrevivir en planetas infernales parecidos a Venus en la Vía Láctea”.
Se ha mencionado muchas veces que alguna forma de vida podría existir en Europa, una de las lunas de Júpiter.
Venus es un infierno, con temperaturas de más de 400 grados (como la de un horno para hacer pizza, comenta Jonathan Amos).
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